
El título “los orígenes del mundo moderno”, es en principio un libro introductorio (no es muy extenso), que nos promete una narrativa global sobre el origen de las civilizaciones modernas. Sin embargo, a pesar de buenas críticas en amazon, el libro es reiterativo y poco claro. El autor, profesor de historia, está más pendiente de soltar su rollo que de estructurar el libro de manera coherente y clara para sus lectores. La edición es floja, hasta el punto de que en un mismo párrafo de 5 lineas repite dos veces una misma frase.
Por otro lado, es un libro más sobre la economía que sobre los orígenes del mundo moderno, por lo que el contenido no hace buena referencia al título o la descripción. Si la motivación es más geográfica e histórica, este no es tu libro. La exposición geográfica o demográfica se limita a breves y farragosas pinceladas, pero no describe bien cada colonia, ni sabemos mucho de sus habitantes, culturas, costumbres, etc. Nos nombra la expansión islámica, pero no existe una breve exposición de la historia de las religiones, interesante para desarrollar conflictos religiosos o étnicos. Marks se limita a dar pinceladas aquí y allá con poco orden y poca estructura.
China era el gran imperio del mundo, ocupando gran parte de la población de todo el planeta tierra hace solo 600 años. Quizás China está detrás de la primera inflación monetaria conocida, cuyo aumento de la masa monetaria disminuyó la confianza y por tanto el valor del papel. Esto creó un hecho imprescindible para explicar la política naval y comercial de los próximos siglos: China quería plata para respaldar sus finanzas ante la devaluación del papel. Enfrascada en defenderse de los mongoles, dejó de lado su imperio marítimo para protegerse y construir la muralla. Y aquí entra España, que descubre plata que no era muy valorada en Europa, pero sí lo era en China. Lo que fue espectacular es como posteriormente los británicos sacaban la plata en sus viajes a américa, la llevaban a China a cambio de importaciones (té, etc), y luego sacaban opio de la India para que millones de Chinos fumadores les llenaran los barcos de la plata que ellos mismos habían llevado de nuevo.
Otro asunto interesante es por qué fue África el epicentro del mercado de esclavos (caucásicos, traidos de Europa a través de mercantes Venecianos y del norte de África). Esto demuestra algo importante: el tráfico de esclavos no es en su origen racista, sino que la motivación era puramente económica. ¿Por qué África? Porque no había propiedad privada, por lo que no había una base para obtener rentas. Las rentas fueron obtenidas entonces de la venta de las propias personas. Otro dato interesante es que desde el 750 al 1500 se calculan hasta 10 millones de esclavos llevados hacia África. Otra pregunta clave es por qué el imperialismo del nuevo mundo comenzó en Europa. Probablemente el factor más importante es que tras la caida del imperio romano Europa creó sistemas defensivos de protección en torno a fortalezas, mientras una clase rural producía alimentos a cambio de protección. Europa, al establecerse estados defensivos, se centró por tanto en la producción de armas, hasta dar finalmente con armas de fuego. Podríamos decir que durante 500 años los estados en Europa se preparaban básicamente para la lucha. Otro factor es la competitividad interna. Dado que Europa eran estados y ciudades estado que competían entre sí (la misma Génova competía con Florencia o Venecia), era muy distinto el concepto de lo que llamamos “Europa” como extensión geográfica, con el de un imperio unificado como China. Sin embargo, se necesita una conjunción de hechos: sin demanda de plata por parte de China, no hubiera existido semejante mercado global dominado en un primer momento por españoles, y posteriormente por británicos. Por otro lado, el suelo y la población es clave. Si produces mucha comida, no te queda suelo para carbón o extracción de otras materias primas. Si hay mucha población, se necesita mucha comida. Europa con pequeñas poblaciones pero con una nobleza y burguesía pudiente tuvo ventaja.
España fue la mayor potencia naval dominando el Atlántico en solitario durante medio siglo. Hernán Cortés con 600 hombres fue capaz de hacerse con los Mexica, gracias a la ayuda de la propia población indígena, que era explotada y violentamente atacada por el emperador azteca. La estadística es impresionante: llegó a desaparecer el 90% de la población indígena, cuyo sistema inmune estaba indefenso ante el simple virus de la gripe (y otros). Posteriormente los Paises Bajos y los británicos comenzarían a liderar Europa por varios factores. Primero abiertos a acoger a financieros protestantes y judíos, que no eran bien recibidos en los paises católicos. Esto les dio una ventaja financiera que les permitió desarrollar la industria. Como sabemos, la máquina de vapor hizo que los británicos tomaran una ventaja tecnológica que les permitiría dominar el mundo, especialmente mediante las líneas de tren y el procesamiento textil mecanizado. No es sorprendente que surgiera un movimiento intelectual como la ilustración, precisamente en estos paises, que sería el apoyo de la burguesía liberal. Los mismos británicos que defendían los aranceles comenzaron a exigir libre mercado en todo el mundo, una vez que ellos lo dominaban tecnológicamente. Tanto el estado, el liberalismo, o la ilustración surgen como consecuencia política e intelectual de procesos productivos. En estos años irían cayendo los antiguos regímenes uno tras otro como fichas de dominó, incapaces de dar respuesta a los tremendos cambios en el mercado y la industria.
El libro explora un tema muy interesante, pero hace una exposición poco ordenada y farragosa, que es el resultado de un editor espantoso, y un autor con pocas nociones de pedagogía. El libro se queda en tierra de nadie; poco claro para un lector medio, y a su vez superficial para un lector especializado.
6.5/10